miércoles, 18 de abril de 2012

Inicio de Año en Malta


A propósito del post sobre el alojamiento en La Valletta, quería compartir con vosotros unas líneas que amablemente me pidieron los amigos de Descubre Malta para su blog. Me pedían que relatara cómo fue la experiencia de nuestro viaje a Malta, e intenté resumirlo del mejor modo posible, no sin gran esfuerzo, ya que ¡había muy poco espacio para contar demasiados descubrimientos!

Os dejo lo que les conté en "La experiencia del viajero: inicio del año en Malta":
“Cuando llevas mucho tiempo deseando un viaje, lo imaginas, lo sueñas, te informas, lo recorres una y otra vez sin pisar el destino sabiendo lo que vas a encontrar. Pero si se trata de un viaje inesperado, surgido casi por casualidad, te sorprende. 
Nuestro viaje a Malta en familia llegó de un modo inesperado, buscando algún destino para las vacaciones de Navidad. Estuvimos en el país del 4 al 8 de enero de este año, disfrutando del final de las fiestas navideñas en un entorno especial, muy volcado en estas fechas. 
Mi primera impresión fue la de estar pisando un lugar conocido. En el camino del aeropuerto a La Valleta creía estar en Mallorca por la temperatura, los paisajes y los pueblos tan típica y encantadoramente mediterráneos. Pero pronto empezaría a descubrir una nueva realidad, nada más llegar a la capital de Malta, donde nos alojaríamos durante nuestra estancia. 
En esta ciudad histórica, plagada de iglesias y de rincones con encanto, pasamos los mejores momentos y degustamos por primera vez la rica cocina maltesa, impregnada de las distintas culturas e influencias que han pasado y perviven en el país. Pero durante los cuatro días que estuvimos en Malta pudimos descubrir muchos otros platos, muchos otros pueblos y ciudades, con el acompañamiento de las temperaturas suaves que no nos abandonaron durante nuestra estancia, incluso con una leve lluvia que nos sorprendió uno de los días. 

Viajar con niñas pequeñas eliminó algunas paradas de nuestra posible ruta, pero añadió otras interesantes, como el Playmobil Fun Park. El resto, nada que no podamos hacer con ellas: pasear por la ciudad del silencio, comer en un pueblo de pescadores al compás de las coloridas dghajsa, comprobar la inmensidad de la cúpula de Mosta, conocer la Concatedral de San Juan, las Tres Ciudades, viajar en los típicos autobuses amarillos (os echaremos de menos)… 
Mención especial merece nuestra escapada a Gozo, tan recomendable. Con nuestro coche alquilado y desde el ferry pudimos ver la deseada Comino (que nos espera desde entonces) y al desembarcar nos dirigimos a nuestras citas imprescindibles en estas fechas, descartados los baños en el mar. 
En Gozo vimos Xewkija y su iglesia con la mayor cúpula de Malta (con permiso de la de Mosta); Victoria (o Rabat) y su fabulosa ciudadela; la Basílica de Ta’ Pinu; y la parada estrella, los parajes de Dwjera con su Ventana Azul y un paseito en barca incluido. 
Creo que Malta es un destino que sorprende al viajero, sea éste un viaje deseado o no. Porque todo lo que puedas ver y leer de la isla antes de conocerla, queda superado cuando por fin aterrizas en ella y descubres todo lo que tiene que ofrecerte. ¡Hasta pronto!”
Muchas gracias a los amigos de Descubre Malta por pedirme que compartiera mi experiencia con ellos, y espero que pronto pueda tener más anécdotas y lugares que añadir, porque Malta es un lugar que enamora y al que hay que volver.

Más información: Descubre Malta
En Voy de viaje: Alojamiento en La Valletta
Fotos: Eva Paris en Flickr

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